El temor desmedido a la contaminación, los virus y las bacterias forman parte de los que los psicólogos conocen como trastornos obsesivos compulsivos (TOC).
La energía positiva fomenta los buenos hábitos y las decisiones acertadas. Es importante saber cómo atraer energía positiva a la vida o trasmitir energía positiva a quien lo necesite.
Varios expertos en salud mental advierten sobre los riesgos del consumo de marihuana entre adolescentes y el desarrollo de determinadas enfermedades mentales, especialmente la psicosis y la esquizofrenia.
Son enfermedades neurodegenerativas que no tienen cura cuya principal diferencia es que el alzhéimer conduce irremediablemente a la muerte mientras que la demencia no necesariamente.
El Síndrome de Diógenes consiste en acumular material digital, basura electrónica que llena los dispositivos y hace que se tenga que aumentar la memoria para seguir guardando archivos innecesarios.
Los ataques de pánico no son tan frecuentes entre los jóvenes, sin embargo la prevalencia viene en aumento debido al estrés, la competitividad, y las exigencias de la vida moderna.
El Alzheimer y la demencia no son sinónimos del fin de la vida funcional, al menos en las etapas iniciales de la enfermedad, y si bien no tienen cura, existen muchas opciones sencillas y cotidianas para mejorar la calidad de vida de estas personas y de su entorno.
El síndrome de Jerusalén es un trastorno psiquiátrico que afecta entre 50 y 100 turistas, principalmente religiosos, que llegan a esa ciudad y presentan delirios místicos.
Además de que la adicción al juego es considerada en sí misma como un trastorno mental, existe evidencia de que un alto porcentaje de quienes sufren de comportamiento patológico con el juego, padecen además de otros trastornos mentales.
El froteurismo es el roce intencional, aunque finge ser casual, de los genitales contra otra persona sin su consentimiento con el fin de obtener placer sexual.