Aprende a controlar lo que comes

Alimentación - Autocontrol
Foto cortesía de moriza - Flickr.com

La Real Academia Española define a la palabra Comer de la siguiente forma: “Masticar y desmenuzar el alimento en la boca y pasarlo al estómago”. Visto de este modo, comer es la acción que más practicamos a lo largo de día. Lo necesitamos para sobrevivir, para tener energías, pero también lo disfrutamos porque nos ofrece colores, formas, aromas y sabores, muchas veces, irresistibles.

Sin embargo, ¿comemos más de lo debido? ¿Somos capaces de controlar lo que comemos? La comida es, sin duda, un gran placer, pero muchas veces puede derivar en grandes problemas como: Obesidad, Fatorexia, Bulimia y Anorexia, y demás.

La doctora y nutricionista Susan Biali, autora del libro Live A Life You Love, se detiene a pensar en los problemas de alimentación, sobre todo, en las adicciones y obsesiones en relación a la comida.
Biali plantea en su libro, cinco razones por las que comemos en exceso durante el día, veamos que dice al respecto:

1. No puedes diferenciar entre el hambre y el apetito

La doctora propone un interesante juego que consiste en preguntarse antes de tomar una merienda en la tarde: ¿Realmente tengo hambre? ¿Dónde se encuentra el deseo de comer, en el estómago o en la cabeza? Luego de esta simple pregunta, seguramente nos daremos cuenta de qué tanto es el hambre que tenemos, y tal vez, si no es mucho, podremos comer una ensalada de frutas en lugar de una hamburguesa.

2. Dejas que tu estado de ánimo te empuje hacia la comida

En este punto también hay que preguntarse: ¿Realmente tengo hambre todo el tiempo? ¿O es que estoy ansioso, deprimido o estresado? Nuevamente cuando ponemos en claro nuestras ideas, nos damos cuenta de que lo que sucede en realidad es otra cosa, tal vez la mente no está tranquila y por eso creemos calmarla con comida. Pues quizás sea más sano en momentos de ansiedad, caminar 10 minutos a paso rápido, subir y bajar unas escaleras o incluso beber una infusión.

3. En el supermercado, te permites comprar cosas que te sabotean

El supermercado es una especie de gran vidriera de tentaciones, la mayoría de nosotros vamos en busca de dos o tres productos y volvemos a casa con varias bolsas repletas. La idea es tratar de pensar qué es lo conveniente para nuestra alimentación, ya sea que estemos en medio de una dieta o simplemente porque siempre es mejor comer sano. Se recomienda comprar, a conciencia, alimentos saludables e intentar evitar aquellos que pueden traer problemas de salud como: Colesterol.

4. No prestas atención a cuando estás lleno

La regla de oro sobre la comida y el peso es: "Come cuando tengas hambre, para cuando estés lleno". ¿Hacemos esto? ¿O nos dejamos llevar cuando comemos algo que está rico? Unas cuantas cosas al respecto: la mayoría de los nutricionistas recomiendan comer despacio y pausado, apoyar el tenedor sobre el plato, luego de cada bocado. Otro punto a tener en cuenta, es la cantidad de comida que ponemos frente a los ojos, siempre es mejor llevar el plato a la mesa y dejar en la cocina las fuentes y ollas con comida. De esta forma comeremos sólo la porción que se encuentra en el plato (que es más que suficiente) y no repetiremos. Si nos detenemos a sentir nuestro estómago, apenas unos segundos durante las comidas, nos daremos cuenta de si estamos llenos o no, y si lo estamos, es momento de parar.

5. No duermes lo suficiente

Según la doctora Biali, si duermes menos de 7 horas, tu cerebro comienza a producir hormonas estimulantes del apetito, por lo que si duermes poco tendrás más hambre. Muchos expertos aseguran que la falta de sueño excesivo es, en parte, lo que provoca las epidemias de obesidad. Este punto es bastante simple, sólo hay que intentar descansar mejor cada noche, en la medida de lo posible.

Conclusión

Para llevar una alimentación saludable y tener un peso normal, no sólo es necesario hacer dieta y ejercicio, sino también, empezar a tomar conciencia de nuestro cuerpo y aprender a descifrar sus señales, que desde siempre estuvieron allí, sólo que a veces no nos detenemos a escucharlas.