La lactancia previene el hígado graso no alcohólico

Las mujeres que amamantan durante 6 meses o más, tienen menor riesgo de desarrollar la enfermedad.

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La lactancia materna tiene enormes beneficios ampliamente difundidos para el bebé y también para la madre. Entre los que se destacan para él están: la prevención de diversas enfermedades como la obesidad, alergias, problemas respiratorios, estreñimiento, entre otras; así como reforzar el vínculo de afectivo entre ambos. En tanto para ella, están: la prevención de la diabetes tipo 2 y reducción del riesgo de cáncer de mama. Pero a estos últimos se suman, además, los recientemente divulgados por un estudio de científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego y Kaiser Permanente: la disminución en el riesgo de desarrollar hígado graso no alcohólico (Esteatohepatitis no alcohólica). Una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de grasa en dicho órgano y se asocia con el sobrepeso y la obesidad.

La lactancia materna reduce el riesgo de hígado graso en los niños

Un estudio australiano había encontrado una relación beneficiosa entre la prolongada lactancia (superior a los seis meses) y el menor riesgo de desarrollar hígado graso en los niños.

Al respecto, el doctor Oyekoya Ayonrinde, de la Facultad de Medicina de Perth (en Australia), investigador principal del estudio, señaló:

…un peso saludable de la madre y la persistencia con la lactancia materna puede tener beneficios posteriores para el hígado en sus hijos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha señalado el rol fundamental de la lactancia en la prevención de la obesidad infantil, gracias a la proteína leptina presente en la leche materna. El hígado graso es una afección que se asocia con el sobrepeso y la obesidad, por lo cual es lógico que si la lactancia reduce el riesgo de estas últimas afecciones, también lo haga con la primera.

La lactancia materna reduce el riesgo de hígado graso no alcohólico en las mamás

Los resultados del estudio que analizó a 844 mujeres que fueron monitoreadas cada 2 o 5 años durante 30 años, arrojaron que aquellas que amamantaron a sus bebés por más de 6 meses, presentaron un riesgo más pequeño de desarrollar la enfermedad del hígado graso no alcohólico, comparativamente con las que no lo hicieron o lo hicieron por menos tiempo.

También se encontró que las que fueron diagnosticadas con la enfermedad varios años después, presentaban además mayor circunferencia de cintura, mayor índice de masa corporal y triglicéridos elevados; todos factores de riesgo asociados con la obesidad.

El Dr. Veeral Ajmera, de la UCSD, uno de los investigadores del estudio, señaló sobre el mismo:

…este nuevo análisis muestra que amamantar a un niño también ofrece beneficios significativos para la salud de la madre, es decir, su protección contra el desarrollo de una enfermedad del hígado graso no alcohólico en la mediana edad.

La enfermedad de hígado graso no alcohólico, es la causa más frecuente de enfermedad hepática crónica en los países desarrollados. La misma, es más común en personas obesas y con diabetes tipo 2, dos enfermedades muy comunes y relacionadas entre sí. Los recientes hallazgos publicados en “Journal of Hepatology” sobre el beneficio de la lactancia en la prevención de esta afección, tienen directa relación con los anteriores, que señalaban que previene el riesgo de diabetes tipo 2 en la mujer.

Estos resultados de la Escuela de Medicina de la Universidad de California vienen a sumarse a los muchos beneficios que tiene la lactancia materna para el bebé y la mamá a corto, mediano y largo plazo. ¡Amamantar siempre es la mejor opción!