Acuafobia
Fobia al agua que puede incluir temor a ser salpicado por alguna fuente de agua.
Fobia al agua que puede incluir temor a ser salpicado por alguna fuente de agua.
Como toda fobia especifica, la acuafobia es un temor irracional, persistente y progresivo, en este caso al agua, que puede manifestarse de diversas formas. Hay personas que sienten ansiedad con sólo aproximarse a la orilla del mar o borde de una piscina, a las fuertes olas, pese a que ello no represente amenaza alguna. Mientras otras pueden sentir temor a mojarse con el agua de lluvia o a ser salpicadas con cualquier tipo de fuente de agua.
El término proviene del latín aqua (agua) y del griego phonos (miedo). Puede ser consecuencia de experiencias específicas como ser una experiencia traumática con el agua, algún trauma infantil asociado con los líquidos o por causas biológicas. También puede deberse a factores culturales como en el caso de las personas que se han criado en zonas desérticas donde escasea el agua.
La psicóloga y escritora Patty Chang Anker, autora de Some Nerve: Lessons Learned while Becoming Brave (Riverhead Trade) señala en un artículo publicado en Psychology Today, que en Estados Unidos 2/3 de la población le teme a las grandes masas de agua; el 46% a no dar pie y hasta un 37% por no saber nadar. En tanto en España se estima que hasta un 10% de la población sufre de acuafobia.
Síntomas
Los síntomas de acuafobia pueden abarcar:
- Temblores
- Reacción de ansiedad o miedo ante la exposición real o imaginaria al agua
- Risa nerviosa
- Sensación de frío
- Sudoración en exceso
- Incremento de la frecuencia cardíaca
- Agresividad en ciertos casos
Tratamiento
Del mismo modo que sucede con otras fobias específicas, los pacientes con acuafobia, generalmente, responden bien al tratamiento. El principal objetivo del mismo es ayudar a que la persona se desempeñe bien y el éxito del mismo depende de la gravedad de la fobia.
La terapia cognitivo-conductual es una de las opciones de tratamiento muy efectiva. Consiste en enseñar al paciente a sustituir el diálogo interno negativo por uno positivo que le posibilite aprender nuevos comportamientos para afrontar el miedo.
Entender cuál es el origen de la fobia es muy efectivo para afrontarla. El familiarizarse con el elemento de la fobia de todas las formas posibles también es de mucha ayuda.
Cuando la fobia es aguda, la medicación, la hipnosis y otras terapias pueden ayudar.