Accidentes cerebrovasculares generan efectos aún siendo leves

Las secuelas de los ACV leves son más preocupantes de lo que muchos creen, además de aumentar la probabilidad de sufrir uno grave.

Adultos mayores
Adultos mayores

Los accidentes cerebrovasculares son producto de la falta de flujo sanguíneo provocada por el accidente mismo. Este tipo de problema al que se enfrentan muchas personas se diferencia de otros accidentes esencialmente por afectar al sistema nervioso central.

Lo que muy pocas personas saben, pero fue comprobado en un estudio reciente es que los ACV por muy “leves” que sean, generan efectos importantes en las personas, dentro de los cuales se debe resaltar la depresión, problemas en la vista y hasta la imposibilidad para pensar, sea que se trate de un ACV isquémico o hemorrágico leve.

Según lo comentado por la Dra. Annie Rochette de la Universidad de Montreal, quienes sufren de algún accidente cerebrovascular leve enfrentan grandes desafíos para continuar con su vida cotidiana en adelante. Luego de entrevistarse a 200 personas que sufrieron de este tipo de problema, se encontró un alto índice de problemas como el “insomnio”, así como también de depresión en ellos (25% aproximadamente de los pacientes).

Hasta el momento la recuperación de los pacientes no debería enfocarse simplemente en superar el ACV sufrido, sino también en recuperar la vida que tenía antes de sufrir dicho accidente de la mejor forma posible y para ello se tendrá que tratar temas como la ideación suicida, depresión clínica, inapetencia, insomnio y otro tipo de dificultades.

Datos a tener en cuenta al sufrir ACV leves

Una estadística interesante de exponer es que, quienes sufrieron un ACV leve estaban dentro de un grupo etario promedio de 62 años, por lo que aún estaban trabajando en la mayoría de los casos (los ACV graves, en cambio, pueden encontrarse en personas de 65 o más años generalmente).

En un comunicado de prensa hecho por el Dr. Michael Hill, vocero del “Heart and Stroke Foundation”, se dijo que el tratamiento adecuado y la preocupación por los factores asociados a los ACV, puede disminuir la alta tasa de probabilidades de sufrir un ACV dentro de los cinco años siguientes al último padecido.