Consecuencias de las dietas milagrosas

Dietas milagrosas

Si bien es cierto que la mayoría de las personas añoran disminuir de peso de manera rápida y eficaz acudiendo a dietas restrictivas que suelen ser de un aporte inferior a 1000 calorías por día para conseguir bajas de peso en forma abrupta, lo único que se consigue es la deficiente entrega de los nutrientes esenciales para el funcionamiento del organismo y de sus órganos vitales.

Cuando nuestro cuerpo se ve enfrentado a la deficiencia de entrega de los nutrimentos que son otorgados constantemente por la alimentación diaria; para poder seguir funcionando en forma normal se estimula el sistema de supervivencia del organismo que se caracteriza por la utilización de las reservas energéticas; en primer lugar consume las proteínas que son más rápidas de metabolizar para que el organismo las utilice como combustible, por lo que dejan de ejercer su función principal con la consiguiente pérdida de masa muscular; el consumo de las proteínas ocurre durante las primeras semanas de dieta por lo que se pierde alrededor de un kilo por semana, pero en realidad más que disminuir kilos se pierde agua ya que la masa muscular tiene una fracción considerable de agua más que fracción sólida.

Cuando se pierde un kilo en realidad sólo se pierde 250 grs de sólido. Luego de un tiempo comienza a acudir a su reserva de grasa, lo que nos hace perder realmente ese exceso de kilos y reducción de tallas que se deseaba conseguir. La grasa es un 90% de sólido, por lo que a medida que avanza el tiempo y se comienza a perder grasa, la baja en la balanza es más lenta, lo que hace que después de una baja rápida de peso se produzca una disminución menor que se ve asociado a que al estar más liviano, el cuerpo se facilita las actividades y por lo tanto, quema menos calorías para mantenerse en una actividad normal o cotidiana.

Riesgos asociados a una pérdida acelerada de peso

  • Los cambios de peso frecuente asociados a dietas restrictivas que pueden variar en aportes menores de 800 calorías diarias pueden llevar a diversos trastornos fisiológicos
  • Estas dietas se ven caracterizadas por la pérdida de electrolitos y minerales necesarios para el organismo como son, sodio, potasio y magnesio; lo que puede provocar cansancio, fatigabilidad, calambres, trastornos del ánimo, deshidratación, cefalea, hipoglucemia. Incluso en casos más severos se pueden producir arritmias cardíacas y desnutrición proteica, lo que puede llevar a un déficit inmunitario mayor y susceptibilidad a infecciones y otras enfermedades
  • También las alzas y bajas de peso frecuentes durante gran tiempo es factor de riesgo para enfermedad tiroidea
  • A futuro, estas personas pueden ver aumentado sus riesgos de formar cálculos en la vesícula biliar. Además es posible que recuperen rápidamente el peso perdido debido a la disminución del gasto energético causado por la pérdida de la masa magra corporal, gran determinante del gasto energético total
  • ¿Cuál es la recomendación para una velocidad de adelgazamiento máximo permitido?

    Lo recomendable para disminuir de peso es llevar una dieta que otorgue todos los nutrientes necesarios para realizar las actividades diarias, que sea de forma ordenada en horarios de alimentación, que incluya actividad física y que se vigilen los alimentos perjudiciales para la salud y los excesos al momento de alimentarse. Los requerimientos nutricionales son diferentes de una persona a otra ya que influyen factores como edad, sexo, composición corporal o si es que presenta alguna patología de base, por lo que es relevante consultar a un especialista que nos pueda indicar los patrones de alimentación y ejercicio que cada individuo debe seguir

    Sin embargo, existen algunas referencias generales: “Una dieta debería tener ciertas calorías mínimas: en torno a 1400 para los hombres y 1200 para mujeres”. Bajar aproximadamente 1 a 2 kilos por mes o 500 grs por semana es razonable para evitar las consecuencias de “las dietas milagrosas”.