Tracoma

Infección bacteriana del ojo que si no es tratada oportunamente puede llevar a la pérdida de la visión

Tracoma

Se trata de una infección bacteriana del ojo causada por la bacteria Chlamydia trachomatis que se contagia a través del contacto directo con el ojo o nariz infectados, por el contacto con objetos contaminados como prendas de vestir, toallas o secreciones de garganta. También hay determinadas moscas que pueden transmitir la bacteria.

La enfermedad es más común en las áreas rurales de países en vías de desarrollo y afecta con mayor frecuencia a los niños, aunque posiblemente las consecuencias no sean observadas hasta una etapa posterior de la vida.

Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente, 41 millones de personas en el mundo, mayoritariamente mujeres y niños, sufren una infección activa de tracoma.

Síntomas

Los primeros síntomas empiezan a manifestarse entre 5 y 12 días de haber entrado en contacto con la bacteria. En u principio la afección avanza lentamente y las manifestaciones incluyen conjuntivitis u ojo rojo. Los síntomas pueden abarcar:

  • Opacidad de la córnea
  • Comezón e irritación leve en párpados y ojos
  • Secreciones en los ojos
  • Inflamación de los ganglios linfáticos de las orejas
  • Dolor y visión borrosa a medida que progresa la infección
  • Cicatrización en la parte interna del párpado si la infección no es tratada, lo cual conduce a triquiasis (las pestañas giran hacia el interior del ojo rozando y rasguñando la córnea continuamente) lo que puede llevar a que se produzca úlcera de la córnea y pérdida de visión

Diagnóstico

El oftalmólogo puede detectar la enfermedad a través de un examen ocular o tomando una muestra con un hisopo de algodón y mandar realizar un análisis. Esta prueba de laboratorio determinará si es el tracoma lo que está causando la infección ocular.

En los casos más severos de tracoma pueden ser revelados en un examen de ojos, la cicatrización dentro del párpado superior, la presencia de pestañas que han crecido hacia adentro o el crecimiento de vasos sanguíneos en la córnea.

Tratamiento

En las etapas iniciales de la enfermedad, los antibióticos son eficaces para tratarla y puede prevenir complicaciones posteriores.

En los casos más avanzados, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para devolver las pestañas que han crecido hacia dentro a su posición original. Con este procedimiento se puede limitar la cicatrización de la córnea y mejorar la visión.

El transplante de córnea es otra alternativa, en caso que la córnea esté nubosa y la visión haya sido afectada.

Pronóstico

El tratamiento pertinente antes de que se desarrolle la cicatrización y deformen los párpados, garantiza un pronóstico muy favorable.

Complicaciones

En caso que los párpados se irriten, las pestañas pueden invertirse rozando la córnea, lo que puede provocar úlceras en los ojos, cicatrices adicionales, pérdida de visión y quizás ceguera.