Fulguración: El efecto de los rayos

Efectos rayos

El paso de la corriente eléctrica a través de los tejidos puede producir lesiones cutáneas, viscerales o la muerte. Para que se produzca una lesión eléctrica, o electrocución, es preciso que exista un circuito eléctrico cerrado y que en el mismo haya una diferencia de potencial entre la entrada y la salida de la corriente a través del cuerpo humano.

La simple estimulación de electrones con carga estática no produce lesión, es necesario el paso de electrones a través de los tejidos. En general la corriente tiende a seguir el camino más corto entre la entrada y la salida, independientemente de la diferencia de conductividad (resistencia) de los tejidos corporales.

La gravedad del daño producido por la electricidad, incluyendo la muerte, depende de factores físicos tanto relacionados con la propia corriente eléctrica como con el ser humano, así como de la trayectoria de la corriente, siendo el paso por corazón y cerebro los de mayor gravedad.

Aunque también se deba al paso de una corriente eléctrica, la Fulguración se define como el conjunto de efectos causados por el paso de un rayo por el cuerpo: los efectos de la electricidad atmosférica.

La descarga es visible, con trayectorias sinuosas y de ramificaciones irregulares, a veces de muchos kilómetros de distancia, fenómeno conocido como relámpago. Se puede acompañar de una onda sonora llamada trueno.

Esta descarga puede afectar al paciente en forma directa o también, transmitirse a través de objetos de manera utilizándolos como conductor. Otra manera es a través del aire o del suelo. Las descargas directas son, por lógica, las que producen mayor mortalidad.

Aunque anualmente se registran millones de rayos, los accidentes eléctricos producidos por ellos de forma indirecta son poco frecuentes en nuestro medio, y resultan excepcionales en la infancia. La tasa de mortalidad es más elevada en los grupos de 10 a 20 años y es 7 veces mayor en hombres.

Un rayo puede definirse como una descarga eléctrica atmosférica de alto voltaje, pasajera, cuyo recorrido es del orden de kilómetros. Una sola descarga eléctrica de un rayo consta de 1 a 40 descargas principales, cada una de las cuales va precedida de una descarga guía. Así, en cada descarga se liberan enormes fuerzas expansivas, eléctricas, de la propia corriente y de la atmósfera por la alteración del aire por el cual pasa la corriente.

La mayoría de los rayos discurren de una nube a otra y son pocos los que van desde una nube a la tierra. Casi todos los rayos se producen durante tormentas.

La fulguración es una de las causas de muerte más frecuente por fenómenos naturales, principalmente en países tropicales y subtropicales. Actividades profesionales como el pastoreo o la agricultura, así como las actividades deportivas de montaña son las que más predisponen a sufrir accidentes por fulguración.

También podemos decir que los casos ocurren con mayor frecuencia en lugares lluviosos y durante el verano, o al refugiarse bajo un árbol. Se estima que un tercio de las fulguraciones son mortales, y que el 70 % de los supervivientes presentan secuelas permanentes.