Últimos avances en el tratamiento de la depresión

El trabajo interdisciplinario (psicoanálisis – neuropsicología) parece dar buenos resultados

Tratamiento depresion
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Lo novedoso en el tratamiento de la depresión pasa por aquellas teorías que se sustentan en conceptos derivados de la neuropsicología y el psicoanálisis (neurociencias). Estas teorías apuntan a la subjetividad del sujeto afectado por la depresión, así como a los aspectos biológicos.

La depresión es una enfermedad compleja, de índole psicológica pero con una base estructural cerebral a nivel molecular. De todos modos, el concepto de interpretar a la depresión como la sola falencia de ciertos neurotransmisores en el sistema nervioso central (las llamadas monoaminas, como la serotonina o la noradrenalina), se ha convertido en una hipótesis obsoleta. De acuerdo con esta hipótesis, la menor síntesis, liberación y recaptación de estas moléculas, se asocian con modificaciones críticas en la comunicación entre las neuronas, cuyo resultado son los síntomas depresivos.

En cambio, en la actualidad, se agregan en la patogenia de la depresión, otros elementos vinculados con parámetros endocrinos, inmunitarios y genéticos. Así, la enfermedad puede asociarse con síntomas somáticos (dolor, cansancio, insomnio, deterioro funcional, tendencia al desaseo, etc.).

El DSM-IV, el manual de psiquiatría más utilizado en todo el mundo, brinda normativas para distinguir entre diversas formas de depresión según su gravedad, duración y síntomas. Se reconoce así, al trastorno depresivo mayor y se distingue entre depresión reactiva (originada en una causa conocida) y depresión endógena.

En contraposición a la definición clásica de diagnóstico, mediante el cual se concibe a la depresión como una enfermedad con síntomas y presuntas causas, el análisis funcional permite estudiar las relaciones con aspectos personales y sociales de la persona afectada. Se hace énfasis en la historia, el pensamiento, las acciones y el sentir de la persona, es decir, la subjetividad de la misma. En este modelo de evaluación, influyen las distintas teorías que se han desarrollado en torno a la depresión.

Teoría conductual

Entre ellas, se cita a la teoría conductual, que atribuye la enfermedad a la falta de refuerzos que hace que el enfermo permanezca inactivo. Los defensores de esta teoría, consideran que el tratamiento es la programación de actividades que brindan al sujeto los refuerzos necesarios.

Teoría cognitiva

Por otra parte, en la teoría cognitiva la depresión, se define como el resultado de pensamientos inadecuados que causan una distorsión de la realidad. La terapia cognitiva – conductual consistiría en la detección de esos pensamientos automáticos negativos, para cambiarlos de modo racional.

Teoría biológica

Otros autores defienden la teoría biológica, según la cual la depresión es el fruto del desequilibrio de los neurotransmisores. En consecuencia, el uso de la medicación adecuada, modifica esta alteración para equilibrar el estado de ánimo.

Muchos expertos creen que deben aplicarse todos estos modelos para explicar los síntomas en función de cada teoría. Además, refuerzan la asociación entre la depresión y la ansiedad.

En suma, los tratamientos de la depresión incluyen, entre otras, a las terapias cognitivo- conductuales. Esta estrategia se caracteriza por la programación de actividades, la asignación de tareas graduales, la práctica cognitiva y el entrenamiento asertivo. Otra alternativa terapéutica es la psicoterapia interpersonal para la depresión y el psicoanálisis. Pero lo más novedoso, puede decirse que está por el lado de las neurociencias que conjugan el psicoanálisis con la neuropsicología y tratan de trabajar en estas patologías de forma interdisciplinaria.