La religión mejora la salud
La fe, la religión y la espiritualidad tienen un rol determinante en la salud física y mental de aquellos que las profesan.
La fe, la religión y la espiritualidad tienen un rol determinante en la salud física y mental de aquellos que las profesan.
En otra oportunidad en Sanar ya habíamos abordado la relación entre la fe y la salud mental, más exactamente para combatir la depresión. Ahora nos adentraremos en la de la religión y la salud física, que también parecerían tener un vínculo beneficioso según la ciencia.
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Estudios demuestran la beneficiosa relación entre la espiritualidad y la salud
Un estudio de 2010 realizado conjuntamente por las Universidades de Wisconsin, Madison y Harvard, halló que ser parte de una comunidad religiosa se relaciona con altos niveles de felicidad. Según el mismo, un 28% de las personas religiosas se manifestaban conformes con sus vidas en comparativa con 19,6% que no era creyente. Los científicos señalaron que las relaciones sociales que se generan en estos grupos, la contención y el sentimiento de pertenencia, son los responsables.
Por su parte, Nick Spencer, director de investigación de “Theos, un think-tank pro-religión” con sede en el Reino Unido, dice sobre el mismo punto:
Mi sensación es que la creencia religiosa proporciona a las personas un sentido de propósito, identidad segura y la seguridad con respecto a su destino final.
Científicos de la Universidad de Missouri, en Columbia, al presentar una investigación sobre el tema señalaron:
Se benefician del apoyo social proporcionado por compañeros de su congregación y por su participación en organizaciones religiosas.
Según un estudio publicado en “Social Neuroscience” liderado por el Dr. Jeff Anderson, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Utah en Salt Lake City en jóvenes mormones:
Cuando los jóvenes de nuestro estudio recibieron instrucciones de pensar en un salvador, de estar con sus familias por la eternidad, de sus recompensas celestiales, sus cerebros y cuerpos respondieron físicamente.
Una investigación de “The London School of Economics and Political Science” en la que se realizó un seguimiento a 9.000 europeos de más de 50 años durante cuatro años, encontró que la asistencia frecuente a un centro religioso (iglesia, mezquita, etc.) es la única actividad que se asocia de forma directa con una felicidad prolongada.
Al respecto el profesor del King's College London, Mauricio Avendaño dijo:
La iglesia parece desempeñar un papel social muy importante para mantener a raya la depresión y también como un mecanismo de supervivencia durante los períodos de la enfermedad en la edad adulta.
Un estudio publicado en la edición online de la revista “Cancer”, de la Sociedad Americana del Cáncer, en 2015, realizó un análisis de varias investigaciones para evaluar la relación entre la espiritualidad y la salud física, mental y social de los pacientes con cáncer.
Allen Sherman, de la Universidad de Arkansas para las Ciencias Médicas, en Little Rock, uno de los autores del estudio señaló:
…encontramos que los pacientes con un fuerte bienestar espiritual, con una creencia en un dios amable al que se le puede pedir ayuda, referían un mejor estado de salud que quienes luchaban contra la fe.
Otra perspectiva
Según un documento conjunto de las universidades de Luke y de Carolina del Norte, en Estados Unidos:
La gran mayoría de los estudios que han examinado las relaciones entre religión, salud mental, apoyo social y otras conductas relacionadas con la salud mental y las interacciones sociales, informan conexiones positivas. Pero esto no quiere decir que todas las religiones o cualquier religión individual siempre promueva emociones humanas positivas, satisfactorias, relaciones o estilos de vida saludables: la religión puede usarse para inducir culpa, vergüenza y miedo o justificar la ira y la agresión.