Beneficios saludables de la solidaridad

La solidaridad hace que el cerebro libere determinadas sustancias químicas, como la dopamina, serotonina y oxitocina, que hacen que el individuo se sienta mejor.

Beneficios saludables de la solidaridad

Ayudar, dar una mano a otro cuando lo necesita hace que el organismo libere químicos que hacen que el individuo se sienta bien consigo mismo. Hay estudios que sugieren que este tipo de actitudes solidarias, pueden ayudar a vivir más, pero Stephen Brown, profesor asociado de medicina preventiva de la Universidad de Stony Brook, sostiene que esa solidaridad deber ser genuina.

Las personas solidarias viven más

Brown señala que estudios retrospectivos han encontrado sistemáticamente que los que hacen voluntariado o ayudan a los demás constantemente, presentan menor riesgo de mortalidad. Un estudio realizado en Detroit que observó a 423 parejas de más de 65 años a las que se les pidió que ayudaran a alguien más con cosas como cuidado de niños, mandados, tareas domésticas, tramites, etc., encontró que estas personas presentaron la mitad posibilidades de morir en los siguientes 5 años.

Ayudar contribuye a disminuir el estrés

Para ser solidario y ayudar a un desconocido, uno tiene que superar el temor, para lo cual el organismo libera la hormona llamada oxitocina, que ayuda a manejar el estrés, a la vez que incrementa la confianza. Esta hormona es muy buena para el cuerpo ya que limita la exposición a otras hormonas como el cortisol, la hormona del estrés y podría ser una de las explicaciones de porqué el comportamiento solidario se asocia con la longevidad.

Químicos agradables para el cerebro

Al ayudar a alguien, se enciende una parte del cerebro y se liberan sustancias como la dopamina, que tiene un efecto calmante y la serotonina, sustancia química utilizada para tratar la depresión, señala Stephen, profesor de medicina preventiva en la Universidad de Stony Brook en Nueva York y autor The Hidden Gifts of Helping. Las personas se sienten más satisfechas y alegres, esto no sucede en todos los casos, o cada vez que se ayuda al prójimo, pero es lo común. En un estudio que observó a las personas que trabajaban voluntariamente en un comedor, se encontró que mejoró su humor y que algunos se sintieron más tranquilos, mientras otros más confiados.

La hormona de la compasión

En el proceso de ayudar se libera la hormona oxitocina, llamada “hormona de la compasión”, que es liberada por la mujer también durante el parto y el orgasmo. Se activan circuitos en el cerebro que despojan al individuo de las emociones negativas.

Efecto Madre Teresa de Calcuta

En un clásico estudio realizado a algunos estudiantes de Harvard, se le pidió a un grupo que vieran un video de la Madre Teresa haciendo algunas de sus buenas obras, mientras que a otro grupo, un video de personas pelando papas. Posteriormente, los investigadores analizaron la saliva de los participantes del estudio encontrando un nivel elevado de inmunoglobulina A, cuya función inmunológica protege de las infecciones respiratorias. A continuación, se le pidió a un grupo que pensara tan sólo en ayudar mientras que al otro, que pensara en maravillas. Sorprendentemente, los niveles de inmunoglobina del primer grupo fueron mucho más altos que los del segundo.

Ayudar a los demás disminuye los síntomas de depresión

Según un estudio entre aquellas personas que han perdido a sus parejas, quienes se dedicaron a ayudar a los demás se recuperaron más rápidamente de los síntomas depresivos. Otros estudios encontraron similares resultados, entre un grupo de personas que estaban participando del programa de Alcohólicos Anónimos, los que ayudaron a otros presentaron casi el doble de posibilidades de mantenerse sobrios un año más tarde y sus niveles de depresión fueron inferiores.