Accidentes cerebrovasculares en América Latina
Los accidentes cerebrovasculares, también llamados accidentes cardiovasculares, son una de las primeras causas de muerte en el mundo. En América Latina también se han convertido en una de las principales causas de muerte e incapacidad principalmente en Chile, Argentina, Brasil y Uruguay.
Los accidentes cerebrovasculares, también llamados accidentes cardiovasculares, son una de las primeras causas de muerte en el mundo. En América Latina también se han convertido en una de las principales causas de muerte e incapacidad principalmente en Chile, Argentina, Brasil y Uruguay.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular (ACV) son las principales causas de muerte en el mundo. En 2016 se estima que murieron 17,6 millones de personas por ACV. En América Latina en particular éste constituye la segunda causa de muerte, luego de los infartos, afectando de la misma forma a hombres y mujeres. Más del 80% de muertes ocurren en los países de ingresos bajos y medianos.
Luciano Sposato, investigador argentino que trabaja en el London Health Sciences Centre, de la Universidad de Western Ontario, en Canadá, indicó sobre este tema:
Los países latinoamericanos comparten algunas causas de muerte con los de altos ingresos, como la enfermedad coronaria y el ACV…
Si bien existen pocos datos estadísticos y cifras que certifiquen la situación de la región en lo que a salud cardiovascular se refiere, según un informe de 2011 publicado por la organización internacional “Action for Stroke Prevention” (Acción para la Prevención de Derrame Cerebral), 8 de cada 10 individuos mayores de 35 años han padecido alguna enfermedad cardiovascular.
La previsión sobre el aumento de la cifra de ACV en América Latina es inquietante, ya que uno de los factores de riesgo es la edad y la población envejecida va en franco crecimiento.
Carlos Cantú, jefe del Departamento de Neurología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán en México, y fundador de la Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral, remarcó lo siguiente:
Tenemos una epidemia de enfermedad vascular cerebral que ya se convirtió en un grave problema de salud pública en América Latina.
Y esto es debido a que se está incrementando la esperanza de vida y a los cambios en el estilo de vida en la región, con una población cada vez más sedentaria que come cada vez más comida chatarra, etc.
En Latinoamérica la población actualmente es muy joven, pero en una o dos décadas se duplicará o triplicará la cantidad de personas mayores de 60 años y con esto se triplicarán también los eventos cerebrovasculares en esta población.
Esto constituye un verdadero problema, ya que además de la cantidad de personas que mueren como consecuencia de un ACV, están las que quedan con importantes discapacidades (inmovilidad incontinencia, problemas de comunicación).
Gabriel Persi, especialista del Área de Neurología Vascular del Instituto de Neurociencias Buenos Aires, Argentina, explicó sobre las consecuencias de los accidentes cerebrovasculares:
Se estima que un 90% de las personas que sobrevive a este tipo de accidentes cerebrovasculares lo hace con algún tipo de discapacidad, mientras que un 50% requiere ayuda de otros para desempeñarse en sus actividades de la vida cotidiana luego de pasar por una crisis de este estilo.
El neurocirujano Pedro Lylyk, del Instituto Médico Eneri en Argentina, dió a conocer los siguientes datos estadísticos:
De los 17 millones de personas que sufren anualmente un ataque cerebral, más de un tercio fallece y, otro tercio, queda con discapacidad permanente.
El neurólogo César Franco, miembro del Instituto Neurológico de Colombia señaló:
Se pueden perder facultades del habla, motrices, visuales, olfativas, habilidad para moverse o pensar con claridad. Dependiendo del área que afecte el ataque, se dará la manifestación.
Todo ello genera alteraciones en el seno familiar y un gran gasto económico para los servicios de salud. Según datos tomados del artículo “Prevención de Accidentes cerebrovasculares en pacientes con fibrilación auricular” (2012), sobre el gasto que genera la hospitalización por ACV en Argentina y en Brasil, ascendería a 434,1 millones de dólares americanos en el primero y de 449,3 millones de dólares en el segundo.
Situación de los países de América Latina con mayor prevalencia de ACV
1 Primera causa de muerte en Chile
Según datos de la OMS, los accidentes cerebrovasculares son la causa número 1 de muerte en Chile. La estimación indica que a diario ocurre un caso cada 20 minutos y 28 personas mueren como consecuencia. De acuerdo con datos de la Red de Salud UC Christus de Chile, 8.700 chilenos mueren al año por esta causa.
2 Segunda causa de muerte en Argentina, Brasil y Uruguay
En Argentina se estima que al año se producen, aproximadamente, 130.000 ACV; es decir que cada 4 minutos un argentino sufre un accidente cardiovascular. Como resultado, 18.000 argentinos mueren por dicha causa anualmente, convirtiéndola en el principal motivo de discapacidad en el país.
El neurólogo brasileño Hideraldo Cabeça señaló que el 75% de los hospitales de Brasil no se encuentran capacitados para atender pacientes con accidentes cerebrovasculares:
En 2014, último año del que se tiene información estadística disponible, poco más de 99 mil personas murieron por esta enfermedad en Brasil. Según los neurólogos, entre el 80 y el 90 por ciento de los casos de internación y hasta de muerte por ACV pueden ser evitados si hay mejoría en la estructura de la atención, y si el paciente adopta hábitos saludables.
Como ya se mencionó anteriormente, la edad es uno de los factores de riesgo para el ACV y se estima que en Brasil el porcentaje de personas mayores de 60 años aumentará de 7,8% en 2000 a 23,6% en el 2050. Es más, se estima que para ese año, por primera vez en la historia, la cantidad de personas mayores superará a la de jóvenes.
En Uruguay mueren 26 personas por día a causa de las enfermedades cardiovasculares. Éstas son las responsables del 27% de las muertes en el país. Las mujeres son más afectadas que los hombres, siendo la principal causa de muerte en mujeres de más de 65 años. Gracias a la aplicación de políticas públicas de salud, la mortalidad por ACV disminuyó un 15% entre 2005 y 2015.
La presidenta de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular de Uruguay, Graciela Dighiero, dio a conocer la siguiente información:
La mujer enferma 10 años más tarde, en el entorno de los 50 años, pero una vez que contrae el mal son más complicadas.
Los infartos son de mayor gravedad, la hipertensión es más severa, hacen más accidentes cerebrovasculares.
3 Tercera causa de muerte en México, Colombia y Venezuela
Según la Organización Mundial de la Salud, los accidentes cerebrovasculares en México son actualmente la tercera causa de muerte en este país, mientras que en 2010 constituían la séptima.
En Colombia por su parte 280 colombianos sufren por año algún tipo de ACV. Según datos de la Asociación Colombiana de Neurología, dicho tipo de accidentes constituye la tercera causa de muerte en adultos y la segunda en mujeres de entre 15 y 44 años.
En Venezuela se estima que diariamente mueren por lo menos 31 personas por ACV.
Factores de riesgo prevenibles y modificables:
- Obesidad
La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, con una incidencia como factor de riesgo del 20,8%. La población latinoamericana padece de un alto índice de obesidad, siendo más elevada la cifra en las mujeres que en los hombres. Sin embargo, los varones tienen mayor tendencia a acumular grasa en la zona del abdomen y esto se asocia con un riesgo cardiovascular mayor. - Hipertensión arterial
La hipertensión es una de las causas de accidentes cerebrovasculares en América Latina, aunada a la ingesta elevada de sal como una de las responsables. El consumo de este mineral en la región es muy alto, excede los 9 g/día, cuando la recomendación es 5 g/día. No obstante, es un factor de riesgo modificable que puede ayudar a la prevención de ACV. - Tabaquismo
El 40% de las muertes consecuencia de ACV en individuos de más de 65 años están asociadas con el tabaco. De acuerdo con las previsiones de 2016 del Banco Interamericano de Desarrollo, se estima que para 2020 si las tendencias continúan como hasta ahora, más de 8 millones de personas morirán por año a causa del tabaco. Según una investigación coordinada por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria, IECS, de Argentina, 33.000 millones de dólares es el costo que el tabaquismo le genera a los sistemas de salud latinoamericanos. - Sedentarismo
El no realizar ejercicio físico aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Un estudio de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), España, encontró que el porcentaje de sedentarismo en la región es muy alto. Chile es el país que lidera la tabla con el 88,8% de los hombres y el 93,3% de las mujeres.La coordinadora del Grupo Actividad Física de la Fundación Cardiológica Argentina, la doctora Margarita Morales, señaló con respecto a la importancia del ejercicio:
La actividad física reduce en un 50% el riesgo de enfermedad cardiovascular. Disminuye la resistencia a la insulina, la obesidad y mejora la presión arterial. Pero además brinda energía, buen humor, mejora la apariencia física, el descanso nocturno, la capacidad de socialización, y contribuye a mantener la independencia a lo largo de los años.
- Diabetes
6 de cada 10 personas con diabetes sufre un accidente cerebrovascular. Entre el 50% y el 80% de las muertes de personas con diabetes son a consecuencia de enfermedades cardiovasculares. En América Latina, aproximadamente, 40 millones de personas padecen esta enfermedad y la estimación según información de la Federación Internacional de Diabetes es que la cifra ascienda a más de 70 millones para el 2040. - Fibrilación articular
Las personas con fibrilación articular (FA) presentan un riesgo mucho mayor (5 veces mayor) de padecer ACV. Además, cuando los accidentes cerebrovasculares ocurren en personas con FA, suelen ser más graves, con un pronóstico de evolución más desfavorable y más costosos para los servicios sanitarios.
América Latina se comprometió a apoyar el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) "Plan de acción mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles 2013-2020" para reducir la mortalidad prematura de las enfermedades no transmisibles (ENT) en un 25% para el año 2025. Las enfermedades cardiovasculares son una de estas y depende de las políticas preventivas en salud los gobiernos de cada país de la región el alcanzar dichos objetivos.
El neurocirujano Pedro Lylyk señala sobre este punto:
Tenemos que trabajar para bajar la mortalidad por Enfermedades no Transmisibles, entre las que se encuentra el ACV, en un 25% en Latinoamérica. Ese es el compromiso que la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos propone para 2025.