Refrescar e hidratar: Dos conceptos de bebidas totalmente diferentes

A partir de la década del 90 se popularizaron a nivel mundial las llamadas “bebidas energéticas” o “bebidas energizantes (energy drinks)”, sobre todo entre el público joven, aunque en un principio el objetivo de dichos productos eran los deportistas de alta competición, al necesitar bebidas que les repusieran las “energías” perdidas durante la competición, las bebidas energéticas son hoy en día cada vez más populares.

Energéticas y re-hidratantes

Es así, que para que los deportistas repongan las energías perdidas en el deporte, nacen dos tipos de bebidas: Energéticas y re-hidratantes. Éstas últimas son compuestos líquidos que, además de agua, contienen azúcares y polímeros de glucosa (carbohidratos) y sales minerales (electrolitos) ayudando a restablecer los fluidos que el cuerpo pierde con el esfuerzo físico.

Por otra parte están las bebidas energéticas compuestas principalmente por cafeína. Este tipo de bebidas energizantes ofrecen al consumidor frenar el agotamiento o aumentar la capacidad mental; por ello siempre se hace énfasis en que no se confundan con bebidas refrescantes (Coca-cola y Pepsi cola también tienen cafeína) o re-hidratantes (Acuarios, por ejemplo).

Todas estas bebidas tienen la intención de incrementar la resistencia física, evitar el sueño, etcétera; volviéndose famosas en deportistas y luego llegando a estudiantes, trabajadores nocturnos, fiesteros… Las bebidas energizantes suelen incluir ingredientes como vitaminas, glucosa y otros azúcares, extractos de guaraná, extracto de hojas de mate, nueces de cola, taurina y café.

Es este último ingrediente, la cafeína, es el que nos debe llevar a la prudencia a la hora de consumir dichas bebidas, recordemos que no debemos consumirlas como si fueran un refresco. Al tener altas dosis de cafeína, pueden llegar a producir dependencia, por lo que tampoco son recomendables para niños ni mujeres embarazadas. En algunos países e instituciones se llega a recomendar que no se mezcle con bebidas alcohólicas y que no se exceda en su consumo.

Las bebidas energéticas gracias a sus ingredientes son estimulantes, las alcohólicas son depresivas. Al ser combinadas pueden llegar a inhibir los efectos del alcohol aumentando el consumo del mismo, esto lleva a que las personas “crean” que no están ebrias, con todas las consecuencias y peligros que supone dicho estado.

Al pan, pan y el vino, vino

Debemos recordar que estas bebidas a base de cafeína no eliminan realmente el agotamiento general ni la fatiga muscular, sólo inhiben esta sensación temporalmente, por lo que el cansancio vuelve una vez a pasado su “efecto” en nuestro organismo. La cafeína incide en nuestro sistema nervioso potenciando los neurotransmisores responsables de la sensación de bienestar y concentración y, por el contrario, inhiben algunos neurotransmisores que transmiten las sensaciones de cansancio y sueño.

Hoy en día existen miles de marcas en el mundo que prometen “revitalizar el cuerpo y la mente” , llegando al punto que hasta las principales cadenas de supermercados han llegado a lazar su propias marcas (marcas blancas) de bebidas energéticas a base de cafeína o sus “similares” (taurina, guaraná, ginseng…).

Prometen generalmente –unas más, otras menos- aumentar el rendimiento, la concentración en los estudios y en el trabajo, ayudar a sentirse con más energía, aumentar la velocidad de reacción, la vigilancia, combatir el sueño y hasta mejorar el metabolismo. Las abuelas dicen: “De eso tan bueno, no dan tanto; es mejor ir con cuidado”.

Como dato curioso El Real Madrid C. F. planea lanzar al mercado mundial su propia bebida energizante, la Real Power Energy. Sólo un pequeñísimo ejemplo del lucrativo negocio que representa el segmento de bebidas energéticas dentro del mercado global.