La sal en la alimentación

Granos de sal
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La sal es un mineral compuesto básicamente de cloruro de sodio; que se ha convertido en la figura protagonista de la cocina, en uno de los grandes secretos del sabor de nuestros platos.

La sal tiene la capacidad de realzar el sabor natural de las verduras, carnes y pastas; por lo tanto, está presente en nuestra alimentación, es parte indivisible de nuestra dieta.

En el año 2006, la Food Standards Agency (FSA), propuso la reducción de sal en alimentos como pan, cereales, quesos, pastelería, galletas y otros alimentos; ya que se sabe que el exceso de la sal puede provocar presión alta, enfermedades cardíacas y otros problemas de salud.

Hechos acerca de la sal

  • La sal es la principal fuente de sodio para nuestro cuerpo
  • Se recomienda consumir menos de 2,4 gramos de sodio al día
  • Países que tienen una ingesta alta de sal en sus dietas, como USA o Australia, presentan un mayor promedio de pacientes con hipertensión
  • El exceso de sal también puede afectar a personas con diabetes, enfermedades renales o sobrepeso
  • El exceso en el consumo de sal puede provocar: Insuficiencia cardíaca, cáncer gástrico, y osteoporosis

Presencia de sal en los alimentos

Algunos alimentos naturales tienen un porcentaje de sodio entre sus componentes y otros alimentos procesados, contienen un alto nivel de sal. Veamos algunos ejemplos:

  • El pan tiene un alto porcentaje de sal
  • Las galletitas dulces suelen tener la misma cantidad de sal que las galletitas saladas
  • Los quesos secos y duros son más salados, en cambio, los que menos cantidad de sal presentan son la ricota y el queso mozzarella
  • Las carnes envasadas y los fiambres contienen mucha sal
  • Los snacks poseen un alto contenido de sal

¿Cómo reducir el consumo de sal?

Algunos consejos para disminuir la cantidad de sal de nuestra dieta son:

  • No salar la comida mientras se la cocina y luego en la mesa; es preferible salar la comida después de cocida
  • Prestar atención a la etiqueta de los productos
  • Consumir frutas y verduras frescas
  • Consumir carnes, aves y pescados frescos
  • Eliminar los alimentos enlatados o procesados
  • Reemplazar el exceso de sal con especias, pimienta en grano, hierbas aromáticas
  • Cocinar la pasta y el arroz sin sal