La muerte de un familiar incrementa el riesgo de ataque cardíaco

De acuerdo a un estudio, el riesgo cardiovascular aumenta entre las personas que han perdido recientemente a un ser querido y disminuye pasados los seis meses.

La muerte de un familiar incrementa el riesgo de ataque cardíaco

Según una investigación realizada por Thomas Buckley, director en funciones de estudios de postgrado de la Facultad de enfermería de la Universidad de Sidney (Australia), presentada en la Ciencia de la American Heart Association, en los primeros meses posteriores a la muerte de un ser muy querido, aumenta el riesgo de ataque cardíaco o muerte súbita cardíaca en el sobreviviente (viudo/a o padre), debido a un incremento en su ritmo cardíaco. Éste tiende a disminuir con el paso del tiempo, aproximadamente, a los seis meses de la pérdida.

Para realizar este estudio, Buckley y su equipo hicieron el seguimiento durante seis meses de 78 personas (23 hombres y 55 mujeres) de entre 33 y 91 años, que habían perdido a sus cónyuges e hijos.

Se controló el ritmo cardíaco y sus irregularidades mediante un monitoreo constante durante 24 horas, registrándose sus fluctuaciones y comparándolas con los de hombres y mujeres que no habían sufrido ninguna pérdida.

Los investigadores descubrieron que comparativamente con el grupo que no estaba de luto, el grupo que si lo estaba manifestaba una aceleración de los latidos y ritmos cardíacos en las semanas siguientes a su pérdida.

Transcurridos 6 meses estas condiciones volvían a la normalidad en el grupo de dolientes, así como los niveles de depresión que al principio eran cuatro veces más altos entre estos y pasado el tiempo comenzaban a declinar.

Algunos de los hallazgos de la investigación

  • En las primeras semanas posteriores a la pérdida, el grupo de participantes en duelo (padres y cónyuges) presentaba prácticamente el doble de latidos cardíacos y taquicardia supraventricular que el grupo que no estaba en duelo: 2,23 contra 1,23. Pero pasados los 6 meses el número de latidos cardíacos del primer grupo había descendido e incluso era menor que el del segundo: 0,58 contra 0,66
  • El grupo de participantes en duelo presentó en los primeros meses una frecuencia cardíaca de 75,1 latidos por minuto, mientras el otro grupo una de 70,7. Pasados seis meses, la tasa del primer grupo descendió a 70,7
  • El puntaje promedio de ansiedad en el grupo de participantes en duelo fue de 46,7 en comparación con 28,8 en el otro grupo y pasados 6 meses la tasa en el primer grupo descendió a 37,2 y en el otro aumentó a 29,1
  • El puntaje promedio de depresión en el grupo de participantes en duelo fue de 26,3 en contraste con 6,1 del otro grupo, diferencia que disminuyó transcurridos 6 meses

Si bien los investigadores manifestaron que los resultados del estudio no establecen una causalidad entre el aumento del ritmo cardíaco y el reciente luto, encuentran que la evidencia establece que la pérdida puede ser desencadenante de episodios cardiovasculares. Y señalan la necesidad de realizar nuevas investigaciones en busca de la relación entre la pérdida de un ser querido y el riesgo cardiovascular, con el fin de enfocarse en la toma de medidas preventivas.