Manejar el estrés a través de la meditación consciente

Manejar el estres con meditacion

La meditación consciente ayuda a relajar y en consecuencia aplacar el estrés. Mediante esta práctica, la persona se sienta o recuesta sin hacer nada más que concentrarse en el presente, sin pensar en el pasado o el futuro. Después de practicar varias veces este tipo de meditación, es más fácil estar conciente aunque no se esté meditando y así sólo disfrutar y vivir el momento actual, el presente sin dejarse influir por lo que pasó o pasará.

La meditación consciente se remonta al siglo V A.C y a las enseñanzas de la meditación trascendental de Buda. Pero la diferencia radica en que en la primera se intenta trascender mientras que es ésta el objetivo es estimular la consciencia de las sensaciones tal cual se desarrollan en el momento.

La clave de la meditación consiente es concentrarse sólo en lo que sucede en el presente y no intentar cambiarlo

Este tipo de meditación ayuda a relajar, ya que la persona no se preocupa por lo que sucedió en el pasado ni lo que pasará en el futuro. Sólo importa el momento actual y lo que sucede en el mismo.

Como practicar la meditación consciente:

  • Para practicar este tipo de meditación, sólo es necesario sentarse cómodamente o recostarse con los ojos cerrados, la espalda derecha y pensar en el presente
  • Relajarse y anotar las sensaciones, sentimientos, pensamientos y estados de ánimo que van aflorando pero sin emitir juicio
  • Durante esta meditación podrían aparecer pensamientos o sentimientos y lo importante es no dejarse atrapar por lo que éstos podrían desencadenar sino simplemente enfocarse en el presente
  • Dejar que la mente se tranquilice y siga el ritmo de la respiración. Si se divaga en pensamientos pasados o futuros, redireccionarla al presente y a concentrarse en la respiración. Realizar este ejercicio durante al menos 10 minutos
  • Una vez que se controla y domina la atención en la respiración y el momento presente, el individuo puede manejar situaciones y problemas, sin meditación, sin irritarse, controlando su ira o angustia dejando que pasen, sin intentar cambiar sus sentimientos, que es lo que frecuentemente perjudica y favorece la presencia del estrés y la ansiedad