Vitamina D y coronavirus

La vitamina D favorece la producción de sustancias antivirales en el organismo, por lo que una buena dosis de ella es importante en los tiempos que corren.

Vitamina D y coronavirus

La vitamina D, la misma que resulta esencial para unos huesos fuertes, podría ayudar a mejorar el pronóstico de COVID-19 y hasta tendría un efecto protector frente a la enfermedad, aunque los estudios al respecto recién se están iniciando, y habría que tomar esta información con pinzas, se ha observado que pacientes graves de COVID-19 sufrían de hipovitaminosis D.

Lo que sí está comprobado es que la vitamina D juega un papel importante en el sistema inmunitario, por lo que es factible su posible implicación en la evolución de una infección vírica como la provocada por el virus SARS-CoV-2 causante del COVID-19. La falta de exposición solar es la principal causa de la falta de esta vitamina, por lo que el invierno podría afectar de algún modo la carencia de ella.

La protección de la vitamina D

La COVID-19 es una enfermedad nueva y no hay muchas certezas al respecto. De lo que sí hay evidencia científica es de que unos niveles óptimos de vitamina D en la sangre nos protege de infecciones víricas como la gripe e incluso pueden mejorar el pronóstico de otras como la hepatitis o el SIDA, y esto de debe a que la vitamina D activa la fabricación de sustancias antivirales como las catelisinas y las defensinas, que son producidas por los glóbulos blancos y cuyo objetivo es neutralizar los virus, evitando así que infecten las células. Por lo que cuanto mejores sean nuestros niveles de vitamina D, mejor responderá nuestro organismo ante una infección vírica, que es la que provoca enfermedades como el COVID-19. El 90% de nuestra vitamina D se activa en la piel a través de la exposición solar y solo un 10% proviene de la dieta.

La doctora Ana Costa, portavoz del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Catalunya (CoDiNuCat), doctora en biología y tecnóloga en alimentos asegura:

“Nos pasamos el día dentro de casa, en la oficina, en el gimnasio, conduciendo dentro del coche... Y cuando tomamos el sol lo hacemos con protección solar. Eso hace que, probablemente, acumulemos años de deficiencia o incluso insuficiencia de vitamina D".

Cómo obtener vitamina D en confinamiento

Si el sol tiene un papel importante en el incremento de la vitamina D, entonces deberíamos ver la manera de adquirirla durante el confinamiento, por ejemplo, en el jardín, patio o balcón donde puedes exponerte un poco cada día al sol. Si no tienes estas opciones, identifica en tu casa una ventana soleada, ábrela y toma tu baño de sol junto a ella. Aprovecha para leer, relajarte, escuchar música mientras el sol se posa sobre tu piel.

La vitamina D se activa a través de la piel, así que cuanta más superficie expongas, mejor. Puedes usar un traje de baño, polos en manga corta o shorts. Obviamente hay que evitar la crema solar y el maquillaje, pues muchos de estos últimos productos tienen un porcentaje de protección solar.

Con estar expuesto media hora al sol es suficiente. En invierno debe hacerse en horas del mediodía porque la radiación es débil, mientras que en verano debe evitarse esas horas porque corres el riesgo de quemarte. Una buena hora podría ser las 11 de la mañana o a las 5 de la tarde. Hay que tener en cuenta que las pieles morenas necesitan más tiempo al sol porque tienen más melanina y esta les sirve de escudo frente a la activación de la vitamina D.

Si vives en una ciudad, la contaminación absorbe parte de estas radiaciones ultravioletas, por lo que te costará más conseguir unos niveles óptimos de vitamina D. si fumas, los niveles también son más bajos porque el tabaco interfiere en la síntesis de la vitamina D. no hay que olvidar que con la edad se reduce la capacidad para sintetizar vitamina D. Por eso es importante que las personas mayores tomen el sol cada día. Ellos son el principal grupo de riesgo de coronavirus y los que tienen peor pronóstico.

La alimentación

La doctora Costa asegura que es imposible obtener la vitamina D que necesitamos solo a través de los alimentos, pero, aún así, no está demás recordar los que más la contienen como son los lácteos grasos como la mantequilla y el queso, el pescado azul y la yema de huevo.

Los suplementos

La doctora Costa sugiere hacer analíticas para comprobar nuestros niveles de vitamina D y tomar suplementos si existe carencia, consultando siempre al médico antes de hacerlo. Lo ideal es consumir estos suplementos en primavera para comprobar tus niveles después del invierno y tras el verano para determinar si han subido lo suficiente con la exposición solar. Los resultados de las analíticas determinarán si tienes que tomar suplementos todo el año o solo en los meses de frío, cuando la carencia es mayor. Las personas que ya tiene pautado tomar suplementos cada 15 días o una vez al mes, en tiempos de confinamiento es imprescindible que no dejen de hacerlo.