Drogas para la inteligencia

Drogas inteligentes

En el mercado actual existe una amplia oferta de las llamadas “smart drugs” o “drogas para la inteligencia” que se desarrollaron con el propósito de potenciar o mantener intactas las habilidades intelectuales.

En esta dirección se han sumado a la iniciativa farmacológica algunos productos naturales que intentan sustituir los sintéticos prohibidos tales como las drogas de diseño de cuya familia forma parte el conocido éxtasis (MDMA), los estimulantes anfetamínicos u opiáceos o el clorhidrato de cocaína, cuyo consumo es ilegal.

En este grupo de estimulantes permitidos encontramos los nutrientes y las más variadas hierbas que estimulan la memoria, la vigilia y la atención.

La relación del pensamiento y la nutrición es obvia en tanto es la manera de administrar energía al sistema. Entre los alimentos más recomendados por su contenido de ácido fólico tenemos el germen de trigo, maní, brócoli, espinaca y las acelgas.

Los aportes de calcio vendrán de los alimentos lácteos, la levadura de cerveza y las frutas secas. Es esencial para regular los procesos del sueño y contribuye al “control de los arrebatados”. Otros minerales involucrados como el cromo, el magnesio, el manganeso, etc. se encuentra en la fruta, las ostras o los mariscos en general, las nueces y las frambuesas.

Las vitaminas del grupo B que controlan el azúcar en sangre y el colesterol están disponibles en los repollitos de Bruselas, la banana, morrones y el brócoli y sirven para desintoxicarse del tabaco y para retener por más tiempo el aprendizaje.

Los nootrópicos o drogas de la inteligencia tienen una demanda permanente en un mundo que cada vez exige niveles más específicos y complejos de conocimientos a sus estudiantes.

Los llamados nutrientes o alimentos psicoactivos compromete un buen número de plantas usadas tradicionalmente para provocar un estado de ánimo. Se destaca el ginseng, el conocido Ginkgo Biloba, la planta de kava kava, la valeriana, la belladona, la datura estramonio y muchos más, como la yerba mate, el café, los polvos de guaraná, etc.
Mientras tanto, en órbitas políticas e intelectuales surge la polémica tras el pedido que formula libertad en el uso de fármacos más poderosos a personas sanas.

Piden el derecho de administrarse pastillas como la que les dan a los pequeños que padecen de hiperactividad o las que toman las personas mayores para reforzar la memoria y otras aptitudes en decadencia.

En esta generación de estimulantes y barbitúricos de la farmacia moderna las dependencias a fármacos legales ha dejado un gran número de personas europeas, sobre todo mujeres, adictas a las pastillas de dormir, es decir a las benzodiacepinas. No es menor el número de personas “enganchadas” al alcohol, la cocaína, las anfetaminas, entre otros.

¿Cómo es que funcionan estas “drogas inteligentes”?

Las diferentes formas en que estas sustancias auxilian al cerebro pueden clasificarse en oxigenadoras, ya que ayudan a fijar oxígeno en el torrente sanguíneo que luego los conduce al tejido gris neuronal.

Otra función que cumplen los psicotrópicos en el cerebro es limpiar los “lipofucinos” o sedimentos que interfieren en la actividad eléctrica entre los axones y dendritas, en la sinapsis. En este sentido también son removedoras de estos obstáculos neuronales.

La acción anti-deterioro que lleva a cabo algunos de estos suplementos es decir el rejuvenecimiento cerebral. El fármaco protege a las células nerviosas del ataque de radicales libres que producen su exterminio.

Los aminoácidos estimulan, según algunos autores, la producción de neurotransmisores, los circuitos eléctricos que producen las neuronas para comunicarse. Cubriendo la masa encefálica, como una cobertura protectora, la acetilcolina lleva a cabo complejas tareas cognitivas. Se cree que subiendo los niveles de azúcares y oxígeno se contribuye a la formación saludable de este envoltorio acetilcolínico.

Se entiende que la disminución de las capacidades intelectuales viene asociada al deterioro del cerebro por la edad ya que a partir de los 35 años mueren unas 100 mil neuronas por día, cuestión que merma la inteligencia. Sin embargo se han encontrado pruebas de que el cerebro puede regenerar las neuronas o conectarlas mediante líneas que no estaban en uso.

Las llamadas plantas maestras apuntan hacia el umbral de otras formas de percepción que podrían ser una nexo entre la inteligencia y la salud, un atajo para reducir el cúmulo de saberes intercambiando esta capacidad por la calidad de de la intercomunicación entre las neuronas.