Curar un corazón después de un infarto es posible

La posibilidad de curar un corazón luego de sufrir un ataque cardíaco es real, aunque las pruebas se encuentran aún en fase preliminar.

Ataque cardiaco
Ataque cardiaco

Tres fueron los estudios que se presentaron en la reunión anual de la American Heart Association respecto de la posibilidad de “curar” un corazón luego de sufrir un infarto. La posibilidad de reparar el motor del ser humano estaría dada por la utilización de células madres.

El problema al que se enfrentan los médicos es doble, pues por una parte se investigan las posibilidades reales de recuperar el buen funcionamiento del corazón luego de haber sufrido daño en el tejido del mismo, a la vez que se intenta conocer la ventana de oportunidad para que el tratamiento con células de la médula ósea sea efectivo al punto de salvar vidas.

El estudio hecho por alemanes y liderado por el Dr. David Leistner del Hospital Universitario de Frankfurt demostró que se practicaban menos procedimientos para abrir arterias bloqueadas luego de sufrir un ataque cardiaco cuando los pacientes recibieron células madre a los días de haber sufrido un accidente cardíaco. Este tratamiento experimental evidenció un aumento en el funcionamiento normal del corazón que se extiende por cinco años al menos, aunque sólo cuando se reciben las células madre a los días del accidente cardiovascular y no más allá de diez a veinte días.

Conociendo la ventana de aplicación de este nuevo tratamiento, los especialistas del Instituto Interdisciplinario de Células Madre de la Facultad de Medicina de Miller en Miami comienzan a evaluar cuándo realizar el tratamiento y cuándo no hacerlo, al igual que en la Clínica Mayo en Rochester, donde el Dr. Robert Simari se muestra muy interesado en conocer más sobre el umbral de efectividad que tiene este nuevo tratamiento y el momento de aplicación respecto de las expectativas de vida de los pacientes.

Otra de las novedades hechas en estos estudios fue la de utilizar células madre del mismo corazón del afectado y no de la médula ósea, y aunque aún la investigación se encuentra en “fase 1”, ya se han encontrado beneficios en su aplicación. El procedimiento que se llevo a cabo en estos casos fue el de extraer células madre del corazón (en los tejidos sanos), las cuales fueron purificadas y cosechadas para luego ser inyectadas en los mismos pacientes cuatro meses más tarde.