El precio de mantenerse online por mucho tiempo

Estudios realizados en Estados Unidos demuestran que los niños que están mucho tiempo conectados, pagan caro el hacerlo dejando de dormir.

Problemas de estar conectado
Problemas de estar conectado

Algunos de los estudios que se han hecho en el último tiempo en Estados Unidos, demuestran que mantenerse conectado por más tiempo del realmente necesario provoca más problemas que los beneficios propios de la actividad que se realiza, pues hay cambio en el aprendizaje, del estado de ánimo, ansiedad y depresión incluso.

Los encargados de llevar a cabo esta investigación fueron los especialistas del Sleep Disorders Center en el Centro Médico JFK en Edison – New Jersey, quienes consiguieron descubrir que son los niños los más afectados por realizar este tipo de actividades “online” ya sea en teléfonos móviles, ordenadores o cualquier otro dispositivo electrónico como son las consolas de videojuegos. El primero de los peligros que se enfrenta es el llamado “trastorno de sueño”, y de ahí en más se suman muchos otros problemas.

Existen actividades que ayudan a inducir el sueño, por ejemplo, leer un buen libro, escuchar música o cualquier otra actividad que no estimulen al cerebro al punto de inhibir el sueño (televisión por ejemplo), aseveró el doctor Peter Polos.

Este estudio se realizó sobre una población de 14 años de edad (40 niños en total), los cuales fueron analizados desde el momento en que llegaban a sus casas después del colegio hasta que se acostaban a dormir en la noche. Es sorprenderse el darse cuenta que se envían cerca de 3.400 mensajes de texto al mes en horarios en que estos jóvenes deberían estar durmiendo. De acuerdo al análisis, había ocasiones en que la actividad de enviar mensajes tardaba entre 10 minutos y hasta 4 horas.

Si segmentamos el estudio, nos damos cuenta que mientras las jovencitas disfrutaban más socializando mediante mensajes de texto (SMS), los jóvenes preferían el mundo de los videojuegos. Gracias a este estudio, se pudo confirmar que los jóvenes “no están durmiendo como corresponde hace mucho tiempo”, razón por la que presentan trastornos como el de déficit atencional, hiperactividad, cambios súbitos en el estado de ánimo, ansiedad, depresión y una clara limitación en el proceso cognitivo.

Uno de los expertos que ha opinado respecto de este estudio es Richard Gallagher (experto en siquiatría infantil y adolescente), quien ha terminado por señalar que “los padres tienen un deber “irrenunciable” a la hora de educar a sus hijos y aconsejar cómo deben formar hábitos evitando por todos los medios caer en excesos.

¿Cómo pueden actuar los padres?

La ventaja más grande de los padres, según Gallagher, es el haber sido niños en algún momento de sus vidas, por lo que deben recordar qué pensaban y querían en aquella etapa, permitiendo con ello que sus hijos disfruten pero no se excedan.

Es importantísimo permitir que los jóvenes de hoy tengan privacidad, pero no hay que avalar que ésta se transforme en un factor coadyuvante de los excesos como el abusar de la tecnología en momentos inadecuados, donde se interrumpe el sueño por ejemplo.

Uno de los claros ejemplos que deben seguirse es el evitar que los niños tengan en sus piezas computadores, restringir el uso del teléfono móvil cuando se está comiendo y educarlos en la autodisciplina que deben observar cuando usan la tecnología.